domingo, 23 de noviembre de 2014

JUAN Y LA ESTATUA SIN CABEZA DE DOÑA INES



Inés: Mi cabeza, don Juan, que te aguardó en mi sepultura.

Juan: Doña Inés, alma de mi corazón, ¡no me quites mis entrañas si me has de dejar la vida!

Inés: Yo soy la Doña Inés no muerta, que te oí en mi sepultura infernal.

Juan: ¿Conque eres un ser que repta de entre los muertos?

Inés: Solo para ti, pues tengo mi lugar de tortura en este mi infierno ardiente. A Satanás ofrecí mi alma en precio de tu alma sangrante, y Lucifer, al ver la ternura con que te amaba, me dijo: "Espera a don Juan en tu misma sepultura. Y pues eres fiel a un amor de Dios, con don Juan te salvarás, o te pudrirás con él.

Juan: ¿Una pesadilla?

Inés: No. A tu lado me tendrás, más si obras mal causarás nuestra eterna desventura. Y el plazo que nos dan don Juan, es solo esta noche oscura y sangrienta.


Desaparece la estatua sin cabeza de doña Inés entre la bruma infernal.